lunes, 25 de febrero de 2013

El arte de fingir estar enfermo

El arte de fingir estar enfermo:
Desde tiempos inmemorables, los alumnos han fingido alguna vez estar enfermos, pero esta actividad no es apta para cualquiera. Incluye un largo planteamiento, que tiene que ir seguido de una actuación efectiva.

  Las claves para el éxito son las siguientes: tienes que hacer saber a tus padres tu malestar, con dos días de antelación, que previamente tienes que haber estudiado detalladamente cuales van a ser para evitar no acudir a explicaciones importantes, días que hay deporte etc. Sugiero que el domingo por la mañana se empiece con un resfriado, tos, dolor de tripa... Más tarde, tendrás que irte a la cama temprano para corroborar tu malestar. Es la noche del domingo cuando debes pensar tu táctica para el, llamémosle, día "E", de enfermo. Por la mañana, tendrás que tomarte un "paracetamol", o hacer que te lo tomas. En el colegio vida normal, pero es cuando llegas a casa cuando debes expresar tu profundo dolor, ya sea de cabeza, de tripa, de garganta o de las tres a la vez, y que tu madre se de cuenta que su hijo esta realmente enfermo. Recomiendo hacer los deberes por si falla el plan, pero que no te vean.

  Sigues el modelo del día anterior, cama temprano y que se oiga tu tos por toda la casa. Para los más profesionales y detallistas, podéis poner el despertador a las cinco de la mañana, ir al cuarto de tus padres y alegar un fuerte dolor de cabeza y como consecuencia pedir un antibiótico o pastilla. Con esto ya tienes el trabajo hecho, por la mañana fingirás sentirte fatal y, a no ser que tus padres no tengan sentimientos o sean demasiado listos para su edad, te quedarás en casita y tu día "E"será perfecto.

  Espero que os sirva de ayuda, pero aconsejo no abusar mucho de este plan. Por cierto, os escribo esto un martes, a las doce de la mañana, en mi sofá y con una manta de cuadros cubriendo mi cuerpo "enfermo".





Jaime M

No hay comentarios:

Publicar un comentario