martes, 5 de febrero de 2013

Teófilo y Clotario

Teófilo y Clotario:


Cuando observó a mis amigos Teófilo y Clotario al andar por la calle, me llama la atención todo. Lllevan ambos los cordones desabrochados, van sin mirar por donde van, atentos a su blackberry en vez de a los semáforos, dándose empujones y jugando entre sí, corriendo de aquí para allá...

Lo curioso de mi observación es que Teófilo se choca con las marquesinas de los autobuses; se pisa los cordones y tropieza; se cae al suelo por los empujones de Clotario; choca con las ancianas cada vez que se pone a correr; le roban el móvil (que por cierto ya lleva cuatro este año). Clotario por el contrario, asombrosamente, y sin hacerlo a drede, evita las farolas y alcantarillas; esquiva al resto de peatones; se escabulle de los empujones de Teófilo; no se sabe cómo nunca se pisa los cordones; y lo mejor de todo, se muere de risa con lo que lee en la pantalla de su móvil.

Me recordaron cada uno a un prototipo de persona, Clotario es de esos tipos con estrella, que sin quererlo les sale todo bien y aunque son un desastre nunca tienen disgustos. Teófilo, el muy desgraciado, es de esos que les pasa todo lo malo, y pensamos "por tonto" y sí, tenemos razón, pero lo que pasa es que no nos paramos a pensar, ¿por qué a Teófilo sí y al jodio Clotario no? Reflexionen, quizás alguno estemos tocado por algún tipo de gracia.

"Unos nacen con estrella y otros nacen estrellados"

Jaime R.

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